18 mayo 2011

Al condenado

Hoy es una noche perfecta para morir. Hace frío y las gotas de agua caen implacables sobre el asfalto fúnebre; se revientan con fuerza, como si la vida les fuese demasiado para ellas. Quisiera morir infinidades de veces y nacer en otro lugar, con otra vida; sé que renegaría de cualquiera que me tocase pero entonces sabría que soy yo y no el mundo que me tocó.

Hoy es una noche perfecta para morir, tengo motivos para odiar a casi todos, para desear que se ahoguen en salsa de tomate o en el olor a gas, no me importa, quiero a pocos y los odios casi a todos, a el resto los envidio o los ignoro, por tanto los odio también.

Hoy es una noche perfecta para morir si fuera un Ave Fénix, si pudiera renacer de mis cenizas, si pudiera aprender de mis errores ¿Para qué morir y repetir la misma historia?

Como no tengo obra que dejar, ni amigos a quién dedicarle, hoy quiero una muerte simulada que me permita sentir el manto de la lluvia en cualquier miércoles de mayo.